Una historia de amor amarillo (PARTE 2 disponible) - Versión para impresión +- ArgenPills (https://argenpills.org) +-- Foro: OFF-TOPIC (https://argenpills.org/forumdisplay.php?fid=25) +--- Foro: El Barcito (https://argenpills.org/forumdisplay.php?fid=26) +--- Tema: Una historia de amor amarillo (PARTE 2 disponible) (/showthread.php?tid=8034) Páginas:
1
2
|
Una historia de amor amarillo (PARTE 2 disponible) - VZylann - 08-12-2024 Peggy Gou, viernes 29 de marzo del 2024 en La Fábrica Arena. A mis 20 pirulos, fue la primera fiesta electrónica tan masiva a la que iba (y la tercera fiesta en total). En la verdad que no estaba tan emocionado por ir, ni tampoco nervioso. No conocía tanto a la artista y escuchando sus sets no sentía tanta emoción como con otros djs. Pero como todo mi grupo de amigos iba y era eso o no salir por todo el mes… ¿por qué no? Antes de salir de mi casa, el cóctel de drogas y elementos preparado para esa noche constaba de:
En el grupo eramos 9 amigos, 5 fuimos en auto y el resto en transfer, aunque todos partimos de Carlos Paz. Para seccionar bien la locura durante la noche y evitar (tantas) cagadas, me comí el bomboncito de thc antes de pasar por seguridad (a las 00:10), me guardé la mitad de la pasti para tomarla adentro y dejé el porrito en el auto para el after. Y así entramos a La Fábrica, el gigante de cemento. Llegamos a las 12. Como era de suponer, todavía no había un alma, así que nos fuimos al baño, sacamos fotitos, un poco de paseo por los stands y entre mis amigos se compraron alrededor de 15 botellas de agua. ¿Qué mierda íbamos a hacer con tantas botellas? Ciertamente durante toda la noche las tuvimos guardadas hasta en el culo. Desde las 12:30 hicimos base al frente centro del lugar, a 5 metros de la barrera y el DJ. Estuvimos bailando chill mientras pasaban los djs que hacían la apertura. A todo eso, estaba ansioso para saber cómo pegaba el bomboncito, lo loco que podía llegar a estar. Pasaron 30 mins desde el consumo, nada. 50 mins, tampoco. 1 hora y 20, ningún cambio salvo dolor en los pies porque el piso estaba lleno de piedras sueltas. Ya eran las 2 y no hubo ningún efecto, estaba totalmente sobrio. Y ese fue el fin de la historia de mi bomboncito, ¿o no? Peggy tocaba a las 3, así que me quedé con la bronca y banqué a tomar la pasti a las 2:30, pero entre tanto cada vez lo estaba pasando mejor. Bailaba, disfrutaba la música, las conversaciones esporádicas de la nada misma y sobre la nada misma con mis amigos. Las risas. Un brote pequeño de felicidad que iba creciendo poco a poco entre la compañía de la noche. A las 2:20 me percaté de algo. Ansiedad general, todo empezaban a ver la hora, una serie de miradas entre compinches y en búsqueda de guardias de seguridad que puideran estar cerca. En una ola común, TODOS sacaban de sus riñoneras, bolsillos, tetas, bultos o donde fuera que lo guardaran, pequeñas ziplock. Había de todo: MDMA, pasti, tussi, popper, keta, marihuana. Algunos tomaban en solitario, otros tomaban en grupos en los que un sujeto era el encargado de suministrar las dosis para el resto. Era increíble la sincronización en toda la pista, la sobriedad era apoderada y eliminada de la ecuación por el mundo subterráneo de las drogas. Como si en nuestro grupo nos hicieramos los santos, también formamos parte de esta ola y a las 2:30 tomé mi dosis de pasti. En ese momento tuve un flashback de la conversación con mi hermana el día anterior, a quien le mostré la pasti y me dijo: "Cuidado con eso, porque no sabés cuánto te puede pegar y tampoco sabés de donde viene, así que empezá con un cuarto y después ves si tomás más". Como también las palabras de mi amigo, "Cuidado que con la mitad de esa quedé despierto 2 días, es fuertísima". Termina el flashback de las conversaciones y mi yo responsable reflexionó sobre esas palabras..... Mingaaaa, mitad de pasti pa' dentro. Seguimos bailando esperando a que empiece Peggy. Pero algo malo pasa. Después de haber bajado la mitad de las botellas de agua en ese tiempo, claramente me agarraron ganas de hacer pis. Me fijo en la hora: 2:45. Los baños estaban literalmente en la otra punta del lugar, por lo que tenía que cruzar 200 metros por TODO EL MAR DE GENTE (camino que duraba entre 10-15 mins), ir al baño, para volver y encontrar a mi grupo entre las miles de personas antes de que empiece Peggy. Pero para sumarle, tenía que ir solo y en cualquier momento me podía pegar la pasti. MISIÓN SECUNDARIA ACEPTADA El camino de ida fue terrible, siendo medio enano y chico era más fácil, pero de a momentos tenía que trepar entre las piernas y recibir cara de odio de muchos. De a momentos encontraba las famosas corrientes de personas que caminaban en la misma dirección, y en otras veces me metía solo entre medio de grupos o espacios inexistentes, hasta que llegué al baño o más bien, un cuadrilatero de paredes de cartón y 30 baños químicos. Para sumarle, estaba hasta el ocote de gente, así que me uní a un par que estaban meando en una pared contraria a los baños químicos. Me bajo los pantalones y sale el chorro que duró al menos un minuto. Pero apenas termina de salir la última gota, y con el miembro al aire, pausa. El mundo se me cae encima. Todo se pone en cámara lenta. Una sensación contrarrestada de peso, pero liviandad y una explosión de energía interna. La cabeza entra en un remolino de confusión, intentando entender qué es lo que estaba pasando. Lo único que pude hacer fue levantar la cabeza y soltar lentamente todo el aire mientras apoyaba una mano contra la pared para no caerme. Ciertamente, me pegó la pasti, pero como si fuera una patada de la mismísima santa patrona del abanico. Fue una sensación muy loca y traumatizante para el cuerpo y cabeza, pero a su vez fue increíble. Un rotundo cambio de la percepción de la realidad y de sentidos. Las manos y pies eran más pesados, pero el movimiento y sostenerlos era como tener plumas desconectadas del cuerpo. Todo es más rápido, como también lento. Pero lo principal de todo es esa explosión energética que sale del interior y no podés sacar de tu cuerpo a menos que no pares de moverte, un exceso que en realidad no querés que pare. ¿Quién diría que la puerta al mundo mágico y Narnia estaría en un cuadrado de baños químicos? Sereno Me levanté los pantalones y salí del baño. Justo en ese momento empieza a sonar esta música, como si fuera entretenida y juguetona, pero detectivesca. Fue como una canalización y guía para volver con mi grupo, el momento perfecto. Me comí un pedazo de manzana y banana que daban en un stand, rellené la botella de agua, me puse los lentes de sol y partí de regreso. Lo que a la ida era un infierno, la vuelta era algo mágico. Drogado como nunca antes, caminaba deslizándome y bailando entre la gente sin dificultad alguna, como si de un juego se tratase. Todos me miraban de buena cara y me dejaban el paso como si fuera un deber de ellos que aceptaban gratamente. Cuando me acerco al punto original donde estaba antes, empiezo a buscar parado de punta de pies a mi grupo. Por suerte, uno de mis amigos que estaba en el grupo es un puto faro de 2 metros con una mullet, sólo le faltaba un foco de luz para que se pudiera ver desde la otra punta del predio. Y así fui buscando, hasta que a unos 10 metros lo encuentro. Bendita y hermosa cabeza con mullet que resalta entre todos los mortales. En lo que tardé 10-15 mins de ida, en 5 ya estaba de vuelta. De donde me fui sobrio, volvió un enano mágico drogadísimo. Todos me reciben incrédulos, uno de ellos me agarra de los hombros y me grita "BOLUDO, JUSTO LLEGASTE Y ESTÁ POR EMPEZAR PEGGY". Efectivamente, el DJ termina y deja entrar a la reina. Desde su primer track, todas mis dudas sobre la surcoreana desaparecieron. Era tema tras tema que rompían toda esperanza de quedarse quieto. Era súbdito de su ritmo y no iba a parar de bailar hasta que ella no parara de tocar. Tan solo tocó dos horas, dos horas y media. Pero su control y reinado sobre los miles de espectadores era absoluto. Dejo un himno de esa noche que me voló la cabeza: Let's Skank Unos minutos después de que empezara a tocar Peggy, estaba tan drogado que empecé a tener lapsos de salto en el tiempo, en el que no recordaba qué había pasado 10 minutos atrás o dónde estaba. Situación que duró toda la noche. Un salto en el tiempo. Estoy solo. Perdí a todos mis amigos y en un vistazo no los encontré. Pero no me asustó, ni molestó. Tampoco intenté buscarlos. Naturalmente, sin querer, me quedé solo con mi propia compañía, que me ayudó a encontrarme. Repentinamente, me atacó un sentimiento único y puro. Paro de bailar y veo a mi alrededor a todos bailando apretados y a codazos. Pero yo me sentía en una burbuja cálida y protectora. Nadie me molestaba o me tocaba, un espacio se abrió a mi alrededor. Y desde el interior de mi pecho nace una energía abrasiva y expansiva. Una experiencia difícilmente descriptible, más que el decir que fue el tierno, caliente e invisible abrazo al alma de mi corazón. Era feliz. Verdaderamente feliz por primera vez en mi vida. En toda mi vida, nunca paré de perseguir la felicidad. Era algo futuro a lo que quería llegar y por lo que siempre trabajaba, pero nunca la alcanzaba. No quiero decir que no haya sido feliz, pero no era ese sentimiento de felicidad pura y duradera, de realización y conformidad con lo que era. Sino un pequeño destello que se apagaba rápidamente a los segundos para ser reemplazado nuevamente por la ansiedad, por lo gris de la vida. Esto fue diferente, era un sentimiento genuino y poderoso de felicidad. Veía todo mi pasado y como me construí en base a casualidades, oportunidades y decisiones, y me di cuenta que entre todas las realidades posibles, era la versión más perfecta que podría haber construido de mí. Pese a todas las dificultades y lo que me pueda llegar a faltar, como el amor que nunca pude encontrar en otra persona o el tiempo y dinero para hacer lo que me gustaría. En realidad, tengo una buena vida, soy bueno en lo que hago, me dedico a lo que amo y soy bueno, pero porque también hago todo amando. Pude vivir, pude experimentar y sigo aventurándome a experiencias cada vez más grandes y gratificantes. Soy quien quiero ser, y no rechazo ningún aspecto de mi persona. En mi cabeza por fin sentía paz. Quizás se pueda decir que fue la droga la productora de un momento ficticio y antinatural, que no me pertenece, o quizás que fue la que canalizó y potenció ese momento para abrirme a lo que realmente sentía pero se escondía en algún lugar recóndito de mi interior. Es una dicotomía que todavía no puedo resolver hasta el día de hoy. Como tampoco sé si voy a poder experimentar algo similar en el futuro. Pero lo que sí fue cierto es que ese momento me abrió a todo un mes siguiente en el que era feliz, me sentía conforme y realizado con mi vida y miraba de frente a la realidad con una sonrisa. Después de ese evento que cambió el paradigma de mi vida, pero que en total habrá durado poco más de 2 minutos, volví a la realidad, y me uní al baile coreografiado de toda la audiencia. Solo y todavía sin encontrar a mis amigos, desde ese momento realmente no paré de bailar. Un salto en el tiempo más. No recuerdo empezó la secuencia, cómo nos encontramos o cómo conectamos. Lo único que recuerdo son pequeños flashes difusos de la silueta de una persona que bailaba enfrentada a mí. Lentes de sol, pelo negro que le llegaba al cuello y un top con rayas blancas y negras. Parecía como si de la nada misma, ella se hubiera unido a mi coreografía. Como si de la nada misma, ella se hubiera unido a la mejor noche de mi vida. FIN DE PARTE 1 Como quería hacer un relato más largo, complejo y detallado, decidí separar la historia en partes y poder dedicarme más profundamente en todos los aspectos. Es un relato que intento mantener cercano a la mayor realidad posible de lo que pasó, pero agregándole los sentimientos de ese momento y la reflexión actual al momento de escribir. El único error que probablemente haya cometido son los tiempos de las horas, Este va a ser un relato de tres partes, y quizás 4. Pero mientras espero que les guste y si tienen recomendaciones para la escritura de la siguiente parte o preguntas de esta, son más que bienvenidas. RE: Una historia de amor amarillo - Teikirisi - 08-12-2024 Ya cómete la maldita naranja! RE: Una historia de amor amarillo - ketapasand0 - 08-12-2024 Que locura amigo, por ahi esto que vos relatas, es una secuencia que para otro no lleva mas de 5 renglones decribir, pero las primeras veces de pasti tienen esa magia, donde lo ordinario se vuelve un trayecto épico. Sentís relamente magia. Lo único que me llamo la atención: "Era feliz. Verdaderamente feliz por primera vez en mi vida. En toda mi vida, nunca paré de perseguir la felicidad." Estoy seguro de que fue un día inolvidable, pero no te confundas, que la felicidad esta en otros lados, no en una droga. A mi me paso. Abrazo papuu espero la segunda parte RE: Una historia de amor amarillo - jamesbondjr - 08-12-2024 me costo terminar de leerlo amigo, pero eran buenas. me alegro que haya copado la experiencia jaja RE: Una historia de amor amarillo - fpeople - 09-12-2024 (08-12-2024, 03:12 PM)VZylann escribió: Era feliz. Verdaderamente feliz por primera vez en mi vida. Si tuviera 20 años te mando un pm para salir con vos este sábado. Hoy te digo que sigas disfrutando pero guarda, no te comas la peli. https://youtu.be/q8aj_T3BrNI?t=840 14:00 RE: Una historia de amor amarillo - Stitch - 09-12-2024 (08-12-2024, 03:12 PM)VZylann escribió: Era feliz. Verdaderamente feliz por primera vez en mi vida. Muchisimo cuidado con esto No termines como Nuggets. https://www.youtube.com/watch?v=HUngLgGRJpo RE: Una historia de amor amarillo - NormanErlich - 09-12-2024 (08-12-2024, 03:12 PM)VZylann escribió: os baños estaban literalmente en la otra punta del lugar, por lo que tenía que cruzar 200 metros por TODO EL MAR DE GENTE (camino que duraba entre 10-15 mins), ir al baño, para volver y encontrar a mi grupo entre las miles de personas antes de que empiece Peggy. Pero para sumarle, tenía que ir solo y en cualquier momento me podía pegar la pasti. Redactas muy bien, aca podrias haberte camuflado un poco, agarrabas una de esas botellas vacias que hay por todo el recinto y te ahorras de ir al bano y perder a tus amigos RE: Una historia de amor amarillo - galahad - 09-12-2024 Esperando la segunda parte! Gran relato. RE: Una historia de amor amarillo - dondelgiudice - 09-12-2024 La puta madre, me fumé todo pensando que era una historia de amor con otra persona. Reportado por clickbait. Muy bueno el relato amigo, escribis muy bien. Como recomendación que nunca pediste, siempre espaciá los consumos para mantener la magia intacta o menos tocada posible. Despues de años de sustancia, las salidas se pueden volver podridas o mundanas. RE: Una historia de amor amarillo - VZylann - 09-12-2024 (08-12-2024, 06:11 PM)ketapasand0 escribió: Lo único que me llamo la atención: "Era feliz. Verdaderamente feliz por primera vez en mi vida. En toda mi vida, nunca paré de perseguir la felicidad." Estoy seguro de que fue un día inolvidable, pero no te confundas, que la felicidad esta en otros lados, no en una droga. A mi me paso. Abrazo papuu espero la segunda parte (09-12-2024, 08:34 AM)Stitch escribió: Muchisimo cuidado con esto (09-12-2024, 07:30 AM)fpeople escribió: Si tuviera 20 años te mando un pm para salir con vos este sábado. Es algo que quizás en la historia no lo pude aclarar bien. Pero en realidad ese momento me sirvió para cambiar la bocha, mi forma de pensar a futuro y que me acompaña en la actualidad en todo momento, no a través de las salidas o las drogas. Como si fuera una sesión de terapia y sus consecuencias. El incorporarlo a mi vida cotidiana y la forma de ver las cosas. Claro está que sería hermoso volver a sentir eso, pero no lo necesito ni lo busco, como también sospecho que no crea volverlo a sentir en esa misma intensidad. Igualmente, gracias por sus palabras que sirven de recordatorio y zanjar el tema no solo para mí, sino para otras personas más. (09-12-2024, 02:53 PM)dondelgiudice escribió: La puta madre, me fumé todo pensando que era una historia de amor con otra persona. Reportado por clickbait. Jajajajaj. En la próxima parte ya si se trata del amor con otra persona, pero en general se combina el amor propio y el amor por otro. Este fue un preámbulo y contexto de las siguientes partes. (09-12-2024, 02:53 PM)dondelgiudice escribió: Muy bueno el relato amigo, escribis muy bien. Como recomendación que nunca pediste, siempre espaciá los consumos para mantener la magia intacta o menos tocada posible. Despues de años de sustancia, las salidas se pueden volver podridas o mundanas. ¡Muchas gracias! En el sentido del consumo, intento cumplir a rajatabla el cuidado y generalmente soy el que cuida, aconseja y reta al resto (gracias a los consejos de este foro). Mínimo un mes entre cada consumo, y es normal que pegue un parate de 3 a 4 meses, a veces sin salir, y otras veces sin consumir nada más que alcohol y/o marihuana (incluso a un par de hard techno durísimas) mientras que el resto de mi grupo de amigos se la da en la pera. (09-12-2024, 08:37 AM)NormanErlich escribió: Redactas muy bien, aca podrias haberte camuflado un poco, agarrabas una de esas botellas vacias que hay por todo el recinto y te ahorras de ir al bano y perder a tus amigos Decime por favor que nunca hiciste esto jajajaj. RE: Una historia de amor amarillo - EdwardElric - 09-12-2024 aguante la passsteee RE: Una historia de amor amarillo - Fabian Chinaski - 23-01-2025 Increíble historia ja ja já. Es genial, muy introspectivo. RE: Una historia de amor amarillo - mamboafter - 23-01-2025 Me hiciste recordar mi primera extasiada, dale loco solta la segunda parte!!!! RE: Una historia de amor amarillo - VZylann - 31-01-2025 Una fiesta electrónica puede simplificarse la congregación de miles de personas para escuchar a un DJ tocar para divertirse y bailar al unísono de un ritmo, o beat específico. Pero propongo otra forma de entenderlo. Es una hora, dos horas, tres o más, que un DJ tiene la posibilidad para contar una historia. Jugar y hacer transiciones melódicas traducidas en emociones. Es un acuerdo en el que el público le cede el control de su cuerpo durante lo que reste la noche para que el DJ haga lo que le plazca, pero a cambio recibe la posibilidad de dejarse llevar, de abrirse sin miedo a una catarata de sentimientos. Es una historia melódica la que se cuenta, pero son miles de formas distintas de vivirla. Cientos de miles de ideas que sobrepasaron un congreso científico, de interacciones que unen y crean amistades y amores esporádicos entre personas. Todo por lo que trabajaste en un año o en tu vida, puede colapsar y ser reconstruido en una sola noche para cambiar el rumbo de tu destino, de tus ideas y concepción sobre el mundo. Todo puede suceder, pero una vez entres a una fiesta, jamás vas a saber cómo terminará. Tan solo soltate y dejate llevar al ritmo de la música y de la magia por ese breve momento. Por gran parte de la noche, era inconsciente del paso del tiempo y de gran cantidad de cosas que me pasaban o hacía. Un tema que ponía el DJ podía durar 20 minutos, como también sentía que en 1 minuto ya habían pasado 5 temas. Creo que fueron 15 a 20 minutos entre que empecé a bailar con una chica y el darme cuenta de ello. Al principio una silueta, la imagen de una cara con lentes de sol que se fue componiendo progresivamente hasta su totalidad. Para cuando fui consciente de lo que pasaba, bailábamos en una sincronía perfecta. Cada vez que alguno cambiaba de posición, instintivamente el otro se adaptaba al instante sin problemas, no hacía falta pensar en nuestros movimientos. Nos mirábamos a los ojos continuamente, sin despegar la vista, y ambos teníamos esa sonrisa feliz y tonta, producto de lo que hacíamos, aunque también principalmente por la droga. Tengo un primer momento de lucidez, puedo analizarla bien. Pelo negro que le llegaba al cuello, piercing en el labio inferior, lentes de sol que tapaban por completo sus ojos, llevaba un top de rayas blancas y negras. Tenía mí misma altura, pero era más adulta que yo, con una edad que me superaba por 7 a 10 años. — ¿Cómo te llamas? — le pregunto. Riéndose, ella me respondió: — ¿No te acordás?, te lo dije recién. — ¿Posta? No me imaginaba por qué razón, drogadísimo como estaba, me lo habría olvidado. —Naty, ¿y el tuyo? — Me dice por fin con una sonrisa. Yo le devuelvo mi nombre. Era una esporádica conversación de unas pocas palabras cada unos minutos, sin parar de movernos ni de bailar, porque esa era la forma en que realmente nos estábamos conociendo. Intercambiábamos pequeños detalles para conocernos un poco más. En un momento ella me pregunta si estaba solo. Me doy cuenta por primera vez que había perdido por completo a mis amigos, miro a mi alrededor y nada, pero no me importó en absoluto. —Ponele que sí, estaba con mi grupo por acá pero los re perdí a mis amigos, ¿y vos?—. —Yo también estaba con mi grupo, pero me escapé y los perdí desde hace un rato ya— No se la veía preocupada por volver con ellos. A todo esto, yo seguía muy drogado por un largo periodo. Nunca había estado tan desconectado y deshinibido, pero a su vez era una explosión incesante de estímulos y emociones. Pensamientos, preguntas e ideas esporádicas que se me escapaban de la memoria apenas terminaban de formularse. No había forma de pararlo, salvo que la música y moverme al mismo ritmo que Naty eran mi salvoconducto. Estábamos muy al frente del escenario, y en consecuencia había demasiada gente, era sofocante pero manejable, ya que portaba mi gran abanico santo para salvarnos cada tanto. El problema eran las corrientes de personas que se movían de un lado a otro y empujaban cada pocos segundos para pasar por espacios inexistentes. Cada vez que pasaba me cortaba el baile y movía del lugar, me ponía más ansioso, angustiado. Eso también se traducía en bruxismo, tener la cara de culo y quejarme cada tanto. Pero no podía manejar ni cortar con esa sensación, es como si fuera una emoción demasiado fuerte y difícil de controlar. Como si fueran pequeños malos viajes cortos, pero que sucedían cada tanto (pero no eran tan fuertes como para que me quisiera ir de ahí, todavía seguía cómodo en mi situación aparte de eso). A esto Naty lo notaba, y me ayudaba a volver de esos malos viajes. Me daba consejos y me volvía a seguir bailando, demasiado comprensiva para el estado en el que yo estaba. En un momento me quejo por un chabón alto y bien corpulento que pasó por mi espalda y me empujó sin alguna consideración para abrirse paso, pero ella me reta con unas palabras similares a esta, —Olvidate de quienes te empujan, no van a parar de venir. Es parte de la fiesta y de la situación en la que estamos tan al frente. Intenta aceptarlo e ignorarlo. Pero también seguí bailando fuerte, y ellos te van a ignorar.— Eso como que me cambió todo el sistema y le respondo, —Tenés razón, tenés toda la razón. Gracias— internalizo esas palabras y la abrazo en agradecimiento. Un abrazo potenciado por todos los esos hermosos estímulos sensoriales producidos por el MDMA. A partir de ese momento, mis malos viajes se remitieron por completo durante lo que fue la noche. Durante la noche, cada cierto tiempo ella bajaba el ritmo para empezar a analizarme con una mirada muy concentrada. —¿Te puedo peinar?— me pregunta simple y llanamente. Confundido por lo espontáneo de su pregunta, pero sin molestarme para nada, le respondí que sí, obvio. Al dar el afirmativo, ella emprendía una tarea en peinarme y acomodarme los pelos que estaban volados caóticamente para todos lados. Pero lo hacía durante 10 segundos en la que nada más le importaba, actuaba profesionalmente, como si su vida valiese de eso. —¿Quién sos?— le pregunto. Ella asiente por su trabajo, ignora mi pregunta y seguimos bailando. El resto de las veces no hizo falta que me pidiera permiso. El fuerte efecto de la droga no se me pasó hasta un rato largo, y en esos saltos en el tiempo, no era consciente de mis propios actos, ni capaz de controlarlos del todo. Me ganaban los impulsos y reflejos involuntarios. Tengo que ser honesto, en un principio con Naty estuve re gede, le quería dar un beso. Según me dijeron mis amigos, le pregunté un par de veces si la podía besar, a lo que ella rechazaba amablemente y sin molestarse. En un punto, perdido en una nube de inconsciencia, me acerco poco a poco, cada vez más a su boca. Hasta que ella se hace para atrás, y me sobresalto recuperando la lucidez. Me di cuenta de lo que estaba haciendo y me quería morir de la vergüenza, le pido una y otra vez perdón porque sinceramente no era posible controlarme ni comportarme como lo hacía normalmente. Pero no intenté hacer lo mismo con ella nunca más durante la noche. Lo que sí me extrañó que ella no pareciera molestarse, y cuando yo pensaba que mis malos viajes y los intentos de besarla la hubieran espantado y decidiera irse, ella se quedó conmigo. ¿Por qué? ¿Por qué no te vas? De entre todos los que hay en esta fiesta, ¿por qué decidiste bailar conmigo? Preguntas que se iban acumulando en mi interior y no me olvidaba, pero que no me animaba a pronunciarlas. No era el momento para hacerlo, prefería disfrutar el momento bailando. ¿Por qué digo que mis amigos me contaron sobre lo que pasó? Porque durante toda la noche me estuvieron escuchando. De la nada mientras bailaba, ya pasada gran parte de la noche y cuando Peggy Gou estaba terminando (no fue la última dj en tocar) alguien me toca desprevenidamente el hombro. Me giro hacia atrás y ahí estaban todo mi grupo de amigos, mirándome y riéndose por mi cara de sorprendido, quien me tocó tenía el pulgar hacia arriba. —¿Dónde mierda estaban todos ustedes?—, sin parar de reírse, uno de ellos contesta, —estuvimos al lado tuyo toda la noche, no nos viste?—. Yo nunca los vi, pero realmente ellos estuvieron siempre a dos o tres metros y veían desde un principio todo lo que pasaba. Me preguntan si quería ir con ellos, pero los ignoro. Ya estaba en el lugar perfecto y en función de una perfecta compañía. Uno de ellos me da un regalo, una botella de agua. SI BEBÉEE, la salvación ha llegadooo. Tomo bastante, se la ofrezco a Naty porque ambos estábamos sequísimos y me guardo lo que restó. Cada vez estaba mejor, el efecto de la pasti iba diluyéndose y todos esos malos viajes remitieron. Aunque seguía un poco inconsciente del paso del tiempo, era perfectamente consciente de lo que hacía y podía controlar mis emociones. No me molestaba la gente que cruzaba a nuestro lado. Tan solo éramos Naty y yo bailando en una burbuja, sin perder el ritmo ni descansar algunos segundos. Peggy Gou estaba aniquilando las piernas de todos los presentes, la hija de puta no paró en ningún momento y soltaba temazo tras temazo durante el tiempo que estuvo en cabina. Falta poco para que termine Peggy, y me agarra esa sensación en la garganta. Ganas de fumar y sentir el humo. Me pasa regularmente, pero sólo cuando estoy en las fiestas. No de un cigarrillo (a los cuales agradecidamente les he agarrado asco después de fumar durante un breve tiempo), sino de un porro. Aunque inunda tus pulmones, haciéndolos sentir más pesados, y baja en cierto modo la energía para bailar. Es en realidad una frescura para la garganta y revitalizante. (increíble toda esta poesía solo para decir que quería fumar faso). A todo esto suelto un —ayyy, que ganas de fumar un porritooo— a la nada misma, sin esperar respuesta. Naty me mira con una sonrisa cómplice. Sin dudarlo, procede a sacar una tuquera negra de su corpiño. La abre y me ofrece el porro nuevo e impoluto de su interior para que lo prenda. En ese mismo momento me derretí de amor. También, a los pocos minutos (cerca de las 05:00) ella tomó un cuarto (o la cantidad que parecía ser) de pasti, y me ofreció otro cuartito poniéndomelo cerca de mis labios. Sin ver lo que era, acepté y la tragué. Me terminó pegando media hora después de manera progresiva, con un buen efecto que se mantuvo hasta el final de la noche pero que para lo último me volvió un poco desorientado y no podía enfocar mi vista en nada. Verán, lo común a través de esta historia es mi mala toma de decisiones, muchas impulsivamente y sin tener en cuenta las posibles consecuencias. Es algo que se va a seguir repitiendo durante el relato y de las que me doy cuenta más tarde, e intento no volver a hacerlo más en lo posible. Por suerte, en esta ocasión fueron muchas malas decisiones que tuvieron un hermoso destino y hermosos sucesos, pero que igualmente pudo haber terminado muy mal. A todo esto mis amigos siempre estuvieron al lado mío, aunque yo estaba de espaldas a ellos y no les prestaba mucha atención. No sé en qué momento, aparecen dos amigos de Naty, una de ellos lo que parecía ser su mejor amiga. Ocurrió la gran parte emotiva de reencuentro entre ellos y la amiga pregunta, —¿Dónde estabas? Te nos perdiste y no te encontramos en toda la noche—, Naty le contó que se había escapado del grupo y se puso a bailar sola, hasta que me encontró a mí y se quedó bailando conmigo durante todas esas horas. La amiga (de quien lamentablemente no me acuerdo de su nombre, así que le vamos a poner Katy) quedó estupefacta. A los segundos de terminar de hablar con ella se acerca a mí y me agarra por los hombros. —¿Quién sos? ¿Cómo hiciste para bailar con ella? - WHAT, ahora la estupefacción se me contagió a mí también, -¿Qué? ¿Por? Yo tampoco tengo idea de lo que está pasando, estoy rr e loco. — A lo cual, Katy me explica, —Naty no se banca estar sola con ningún tipo por más de 20 o 30 minutos que ya se cansa y se va, pero estuvo toda la noche con vos. ¿Cómo hiciste? — Me quedé más estupefacto todavía, con la boca abierta y la mandíbula yendo de un lado a otro como un péndulo de reloj marcando los segundos mientras procesaba lo que me dijo. Similar a la cara de pikachu de Guido Kaczka. Katy, más jóven y cercana a mi edad, de pelo largo castaño claro, era como la bestie de Naty, pero de esas mejores amigas bien confidentes que complementan y levantan la energía del grupo. La mejor amiga que cualquiera pudiera tener. En un momento, saco el abanico santificador para tirar vientito al grupo y Katy se ríe cuando ve el diseño del abanico. —Apenas te conozco y sos la persona más random que conozco jajajaj. Me caes muy bien.— Me dice ella, con un tono gracioso.Cuando Katy y el otro amigo llegaron se pusieron a bailar con nosotros e hicimos una mini ronda entre el grupo, y poco a poco (aunque media hora después), empezaron a llegar los otros del grupo de Naty. Al final quedamos bailando Katy y yo casi solos, pero de lo más bien. Naty al poco tiempo se había escapado con el grupo de sus amigos para unirse a lo que pareciera ver que estaban esnifando y tomando otras drogas. Una de ellos, random, me ofrece para fumar de un vape y le pregunto qué era. —Popper—, me contesta. Yo en ese estado, rotísimo, por suerte lo rechacé. Abruptamente, la música se corta. Me descoloca por completo y noto por primera vez que ya era de día, había pasado bastante tiempo desde que amaneció. Se terminó la fiesta, aunque no tengo idea de a qué hora. Para ese momento Naty ya había vuelto a nuestro lado, y me giro atrás para encontrar también a mi grupo de amigos. Yo estaba para seguir bailando una o dos horas más, no podía creer que se había terminado. —¿Hacés algo ahora? — me pregunta Naty. —Emmm no, nos volvemos ahora con mis amigos en auto a Carlos Paz a dormir, ¿por? —. - Nos vamos a X after, ¿querés venir con nosotros? — Katy complementa con la pregunta, —Hay espacio en el auto para uno más si querés—. Tenía la billetera con re poca plata, estaba drogadísimo e iba a ir solo con personas extrañas de dudosa procedencia al after al que, encima, estaba en la otra punta de Córdoba. Yo tenía que volver después hasta Carlos Paz a no saber de qué manera y para sumarle, la próxima noche tenía que laburar de fotógrafo para una fiesta de 50 años. — Si carajos, vamossss —, le digo todo emocionado. MISIÓN SECUNDARIA ACEPTADA Así que, como en toda fiesta cuando llega a su fin, procedimos a hacer la marcha de las calaveras hacia los autos, que por suerte estaban en el mismo estacionamiento los del grupo de Naty y los del mío, en el camino también les había dicho que pensaba ir a ese after x o al y que se hacía, pero antes ninguno de mi grupo había querido. Lo único que tenía que hacer era buscar mi mochila con todas las cosas de nuestro auto, avisarle a mi grupo de amigos lo que iba a hacer y reencontrarme con los otros en su auto. En el estacionamiento me separo de Katy y Naty diciéndoles que ya volvía, que me esperaran en ese mismo lugar. Llego a nuestro auto y cae mi grupo. Les cuento la locura que iba a hacer y ellos se sorprenden, pero aceptan, aunque pensaran que soy un lunático. Ninguno de ellos me acompaña, todos se volvían a Carlos Paz menos yo. Aunque uno de mis amigo me agarra y me pide, —Cualquier cosa que te pase, nosotros estamos acá. Nos quedamos media hora hasta que el que maneja se le baje un poco el efecto y esté en mejor estado. Pasame ya la ubicación en tiempo real y anda avisando lo que te pase—. Un genio total. No le pude pasar la ubicación porque no había nada de red en ese lugar. Así que salí corriendo con la mochilita como un campeón para encontrarme con mi próximo grupo de joda. Voy al lugar donde había dejado a Naty. Pero no hay nadie. Confundido, miro a mi alrededor y tanteo la poquísima gente que todavía quedaba en el estacionamiento. No los encontré. Estuve buscando por el estacionamiento, los autos para ver si se habían metido en uno, la fila de los autos encarados para salir. Nada. Lo peor de todo es que yo estaba muy drogado y tonto, no podía enfocar la vista y seguía sin estar consciente del todo en el tiempo. No había internet para llamarla o mandarle mensaje, como tampoco tenía el contacto de ella. Ni siquiera podía ver lo que había en la pantalla de mi celular porque era todo borroso. No puede ser, los perdí. Termino volviéndo al auto de mi grupo con la mirada agachada y triste. La misión secundaria fue un fracaso. Una vez más, mis amigos quedaron sorprendidos, pero me aceptaron en el auto nuevamente. Sin poderlo creer, fui a buscarlos una vez más para ver si los encontraba de por casualidad. Tampoco. Al final me terminé volviendo en el auto con mi grupo a Carlos Paz. En el viaje tenía una mirada gacha, derrotada y triste, era angustia pura potenciada por el MDMA. No por el after, sino porque perdí el contacto por completo de Naty, no tenía su perfil, número o más información aparte de su nombre. Sencillamente no la iba a ver más. Se le suma a que también perdí mis lentes de sol, que eran los que usaba todos los días (tenían protección UV) y me quedaban increíbles, justo fue en el auto que me dí cuenta que me faltaban y no los encontré nunca más. Tristísimo. Llegamos a Carlos Paz y soy el primero en bajarme porque mi casa era la más cercana. Era pleno amanecer y ya la gente estaba en la calle en su vida cotidiana. Camino un par de cuadras hasta que llego al frente de mi casa. Antes de entrar, alcanzo a ver la hora en mi celular, eran las 9 de la mañana. Neeeaaaa, demasiado temprano (aclaración: no era para nada temprano). Se me ocurre una de mis tantas ideas grandiosas de esa noche. No voy a entrar a mi casa, me voy al monte. Así que caminé unos 20 minutos, plenamente drogado y sin poder estar recto del todo, hacia el monte, todo cuesta arriba. Hacía poco encontré una piedra tipo mirador en lo alto del todo de las sierras, bien oculta y sin señalización. Pero que es el mejor spot para ver la ciudad de VCP entera a la que poquitas personas conocen. Llegué al alto de todo. No saben lo que me costó esa puta caminata. Entre recomponer el aire de unos pulmones en el suelo, las piernas que se me quebraban del cansancio por estar bailando toda la noche, y seguir estando tontazo por el efecto de la pasti que no se me iba. Pero llegué. Me senté en el borde con esa vista espectacular, puse música en el celu y agarré el porrito que había guardado en la mochila al principio de la noche (cosa que me costó 10 minutos, porque estaba incluso tonto para entender lo que agarraba). Encendí el porro, le di unas 4 o 5 caladas. Bajé de mi mirada la mano que lo sostenía y cuando la alcé para fumar, ya el porro no estaba. LPM Lo perdí a él también. Se me desapareció por completo, un porro entero encima. No lo encontré más. Paso un rato más contemplando las vistas a la ciudad, que poco a poco se llenaba de más tránsito y más peatones siguiendo con su vida cotidiana. Hasta que de la nada reacciono y pego un grito. —¿Qué mierda acaba de pasar?.— Fueron demasiadas cosas las que ocurrieron esta noche, una cadena de momentos locos y relaciones impredecibles, emociones a montones que no paraban de asaltarme. Todo en tan poquito momento, como si hace 1 hora hubiera empezado la noche. Pero lo más importante, Naty. ¿Quién sos? ¿Por qué quisiste bailar conmigo? ¿Por qué te quedaste toda la noche? Era una catarata de preguntas existencialistas en búsqueda de comprender a esa mujer misteriosa y única que me acompañó durante toda la noche. Nunca había estado en compañía de una persona tan maravillosa durante tanto tiempo. Con la que sentía, sin apenas conocernos, una confianza plena. Como si en tan solo unos minutos, ya nos conociéramos de toda la vida. Era raro, muy raro, pero hermoso. Necesitaba volver a verla, a contactarme con ella. No por un deseo sexual o de querer algo más. Tan solo quería respuestas a las tantas preguntas que tenía. Quería conocer quién era ella, quién era Naty. No se me podía escapar tan fácilmente como había pasado. Así que, todavía en el medio del monte, emprendí mi misión con el celular de buscar algo, lo que sea, con tan solo encontrar un rastro de ella. Me fijé en instagram si había buscado algo antes, en whatsapp, contactos de teléfono. Tampoco había fotos o videos en mi celular donde apareciera ella, hasta que encontré algo. Era una captura de pantalla. Una captura donde aparecía en la parte superior su nombre del perfil en la búsqueda de Instagram, aunque el resto estaba en gris porque en ese momento no había internet. JACKPOT. El siguiente problema que me encontré fue su propio nombre de perfil. No lo podía leer. Seguía tan drogado que me costaba horrores poder enfocar y leer. Acercaba el celular a poquitos centímetros de mi cara e incluso seguía sin leer. Y encima el nombre de perfil de la culiada tenía muchos 7. Estaba tan mal que no podía contar cuántos 7 eran, pero si muchos. Como tampoco podía distinguir una n de una m. Así que por un rato demasiado largo estuve buscando su perfil y creo que habré empezado a seguir como a 10 personas diferentes. Hasta que encuentro un perfil (con la supuesta misma cantidad de 7) pero que estaba en privado. Lo único que aparecía era una foto de perfil amarilla, tan solo amarilla sin otro detalle, y dos links más. Uno enviaba a otro perfil de instagram con su mismo nombre, lleno de poesía. Bastante abstracta, con un poco carácter sexual, sin un sentido claro superficial entre líneas, pero ninguna foto de su cara para confirmar que era ella. El otro link era a un video de YT, un tema musical. Un solo tema que había publicado esa cuenta con su mismo nombre, pero todavía sin foto de su cara. Así que me puse a escuchar ese tema, en el medio de la montaña durante el amanecer con las vistas de toda la ciudad y sin algún otro ruido que el movimiento de las hojas provocadas por el viento y de los pájaros. Me encantaría compartírselo a ustedes, pero eso sería quebrar con su anonimato. Me enamoré de ese tema, no sé por qué, pero le encontré algo. Tenía alma. Era una combinación depresiva entre la voz de Babi y un rasgueo de guitarra simple pero característico, similar a El Príncipe Idiota. Con una letra muy similar al estilo de poesía que había en la otra cuenta. Todo era muy del palo artístico similar al mundo en el que yo habitaba, pero todavía seguía sin comprender, ¿Quién era ella? ¿Cómo carajos ocurrió todo esto? ¿Por qué se dio esta conexión tan real? Pero también una pregunta clave que, hurgando en mi memoria, no era capaz de acordarme y ser capaz de responder: ¿Cómo nos conocimos?, ¿cómo empezó todo? Me torturaba no tener idea de cómo nos vimos por primera vez, o el momento en que empezamos a bailar. Mi cabeza era una tormenta caótica de preguntas, recuerdos fragmentados, emociones y aturdimiento que no podía controlar. Así que, para finalizar la jornada, seguí ese perfil privado con la foto amarilla, le envié un mensaje y bajé del monte para llegar a mi casa, darme un baño y dormir. Horas después me despierto, completamente roto, con resaca y con un dolor insoportable de cabeza. Sigo con mi día como puedo, hasta que por la tardecita de ese día, recibo una notificación. Ese perfil con imagen amarilla aceptó mi solicitud de seguimiento. Era ella, era Naty, y me envió un mensaje de voz. FIN DE PARTE 2 Wow, creo que me fui a la mierda entre la parte 1 y 2 comparado con la extensión que pensaba escribir en un principio, pero acá está la historia completa de esa noche, aunque no la historia completa de nuestra relación. Esto se puede extender a una o dos partes más. Se separa de lo que es la fiesta electrónica (pero no de las drogas), aunque es bastante más íntimo y puede llegar a romper con el anonimato de uno de los dos. El tiempo y mis ganas de escribir lo definirán. Mil disculpas por la tardanza en largar esta segunda parte, fueron meses complicados donde no tuve tiempo para descansar ni dedicarme a esto. También tengo que aclarar que me fue bastante difícil poder recomponer los diálogos de la fiesta y distan de ser los reales, en parte por mi estado y en otra parte por el tiempo que pasó desde marzo/abril de 2024 a esta fecha, aunque su esencia se mantiene. SI, ME RE COMÍ LA PELI, no hace falta aclararlo. Entiendo que todo lo que sentía fue exacerbado por el efecto de la droga y el MDMA y no es del todo real. Pero es una historia que me encantó vivir, y que también quería compartir con ustedes por si se comían la peli junto a mí. Espero que lo disfruten, y están más que invitados a interpelar mi relato o decirme qué les pareció. ATTE. El enano mágico RE: Una historia de amor amarillo (PARTE 2 disponible) - Nickname - 31-01-2025 @VZylann Excelente relato sos un capo QUIERO MÁS PD: Eran buenas |