11-06-2023, 04:10 PM
(10-06-2023, 06:02 PM)Nickname escribió: Buenasss, muy buena experiencia. Me considero una persona que disfruta de mal viajar un poco así que he coqueteado mucho con esos momentos de placer y terror jaja.
Yo una experiencia muy fuerte en donde sentí placer y a la vez displacer fue una vez que comí hongos (cucumelos) en Salta.
Fue hace 7 años y yo estaba en un momento muuuy malo en mi vida a nivel emocional. Me habia separado de mi novia de ese entonces hacía dos meses. Relación que yo había terminado pero en un estado de desorientación total en el que ni yo sabía que queria, ni que pensaba, ni nada, solo sabía que no podía más con eso. Entonces estaba atravesando el duelo y la culpa. Sumado a que yo venía aplazando muchas problemas míos porque mi novia había tenido pérdidas familiares grosas y fui como su pilar en todo ese momento, priorizando estar para ella más que para mi mismo. Y antes de viajar nos confundimos con una amiga, tuvimos piel y después no salió bien, se perjudicó la amistad.
En fin, para contextualizar, un cocktail tremendo.
Tenía un viaje de mochilero y dude en ir hasta el último momento porque no me aguantaba ni yo. Pero decidí ir ya que me pareció algo piola como para pasarla bien y tener un poco de paz. Cuestión que eramos como 20 personas, varios amigos pero también amigos de amigos. Un viaje de egresados hippie parecía.
Al principio todo bien pero yo no tenía energía para socializar con tanta gente y me empecé a aislar.
A los 7 días más o menos, nos instalamos en el dique de La Caldera (Salta). De ahí fue toda una ceremonia desde el arranque ya que teníamos una caminata de 4/5km hasta el lugar donde recogimos los cucus, los comimos cuando emprendimos el regreso y ya a mitad de camino empezó a pegar. Al principio pura lisergia de la más hermosa. Sinestesia, visuales, mucho bienestar. De esas cosas que realmente no podes poner en palabras, solo hay que vivirlas y disfrutarlas jajaja.
El verdadero viaje empezó a la hora más o menos de llegar de nuevo al dique donde teníamos las carpas. Donde realmente comprendí que el cucumelo no es simplemente una droga recreativa. A ver, he tenido aprendizajes y experiencias super sanadoras con LSD y MDMA por ejemplo. Pero esto... fue distinto. Sentí a un maestro que detuvo la experiencia lisérgica por así decir y me puso en la cara todos mis putos problemas, todo lo que me pasaba, en mi cara, no podía desviar de ahí. Era enfrentarlo o enfrentarlo. Empecé a llorar como nunca, era un mar de lágrimas. Yo no lloro nunca encima, venía acumulando muchas cosas de las cuales no me podía limpiar. Pero en ese momento me desahogue como nunca antes en mi vida. Por un lado sentía mucho placer porque sentía como por fin estaba fluyendo, como si todo ese estancamiento por fin se hubiera destrabado y empezara a fluir, para desagotar todo ese sufrimiento. Al mismo tiempo sentía displacer porque me sentía muy angustiado. Fue una experiencia muy intensa. Empecé a replantearme todo en mi vida, y al mismo iba ganando seguridad porque cada cosa que analizaba la reafirmaba. De un momento a otro quedé careta. Me sentía liviano como una pluma. Todo había terminado y por fin logré ser del todo conciente del peso que tenía sobre mis hombros.
Al otro día me desperte con una sonrisa, estuve de viaje 15 días más que fueron increibles. Al volver, me sentía muy animado y todo en mi vida mejoró.
Perdón si el relato es medio sad por momentos pero es necesario para contextualizar. Hace años estoy espectacular por suerte.
Abrazo!
Muchas gracias por contar tu experiencia, el contexto que diste es muy útil para entender bien qué fue lo que sentiste en ese momento de angustia y tristeza en pleno viaje, y el alivio que a la vez eso te generó. Qué bueno que pudiste superar todo eso y tus cosas andan mejor, muy loco que esos hongos te hayan abierto la puerta a comenzar a solucionarlos. Abrazo!!