Anécdotas divertidas con tu dealer

[Renzo]

Hace poco, un amigo de toda la vida se mudó a la ciudad en la que vivo. A los días me pidió una onda de porro, así que le pasé el contacto de mi dealer. Le avisé al dealer que le iba a hablar un amigo mío, hasta ahí todo bien.

Lo que me olvidé completamente de avisarle a mi amigo es que yo tenía agendado al dealer como Abel. Es un chiste interno con otro amigo porque en un momento el loco se había pelado y quedó igual a Abel Pintos. Entonces empezamos a decirle Abel, y así lo tenía agendado.

Cuestión que al día siguiente, mi amigo me manda un audio cagándose de risa. Resulta que cuando el dealer cayó a su casa, lo recibió con toda la confianza:
—¡¿Qué hacés, Abel?!

Y el otro, seco, le contestó:
—Todo bien, pero mi nombre es Brian, no Abel.

Entonces le expliqué a mi amigo la confusión, y a mi dealer cuando volvió a pasar por casa. Se empezó a reír y me dijo:
—No sos el primero que me lo dice. Ya me habían tirado lo de Abel Pintos.

Y ahí quedó. Para nosotros, sigue siendo Abel.