¡Abramos este espacio para reírnos un poco!
Todos tenemos esa anécdota que merece ser contada.
Acá va la mía:
Trabajo en el ámbito de la salud, y algunos días hago guardias nocturnas.
Una noche de miércoles, que venía bastante tranquila, me tocaba cubrir desde las 00:00 hasta las 8:00.
Lamentablemente (y cosa que nunca me había pasado antes), me quedé dormida.
A las 3 de la mañana me desperté sobresaltada y vi varios mensajes de mi compañera de relevo avisándome que ya se estaba yendo, y que quedaba a cargo “Gabi”, una compañera, sí… pero de otro servicio.
Entré en pánico. Empecé a vestirme rápido y, medio dormida, atiné a llamar a “Gabi” para avisarle que ya estaba saliendo.
Llamé unas seis veces. Nadie me atendía. Puse el altavoz mientras me calzaba y seguí insistiendo.
DE-SES-PE-RA-DA.
Hasta que, finalmente, alguien atendió con una voz masculina diciendo:
—Hola… ¿holaaaa?
Y ahí me di cuenta del error: estaba llamando a mi proveedor, no a mi compañera.
Tienen el mismo nombre. Literal. Prefiero obviarlo, pero digamos “Gabi”.
Así es, en la confusión de la madrugada elegí mal el contacto.
Corté el llamado, muerta de vergüenza.
Finalmente logré comunicarme con la Gabi real, quien me dijo que no había problema, que me estaba cubriendo.
Cuando ya todo había pasado, y eran como las 10 de la mañana, mientras tomaba mates en casa, le mandé un mensaje al Gabi proveedor para disculparme por el llamado inesperado y explicarle que me había confundido de contacto.
Pero... el mensaje nunca llegó. Me bloqueó.
Supongo que habrá pensado:
“¿Qué clase de manija me llama un miércoles a las 3 AM, seis veces seguidas?”
Un año después lo crucé en una fiesta.
Yo ya estaba mentalizada para hacerme la que no lo conocía, cuando de repente él me saluda con una sonrisa y dice:
—Che… ¿vos sos la que me llamó como siete veces a las 3 de la mañana y me colgó sin decir nada?
Me empecé a reír, le expliqué todo, y por suerte lo entendió.
Me había comentado que él no se relacionaba con gente “pesada”.
Y claro, imaginate lo que debe haber sentido cuando lo llama una mina a las 3 de la mañana desquiciada.
En fin... retomamos el contacto y todo bien.
Fue una gran noche !!!
Eso sí, ahora lo tengo agendado como:
“Gabi NO LLAMAR”.
¿Alguna vez les pasó algo insólito o gracioso con su dealer? ¿Confusiones, papelones, audios fuera de lugar?
Este es el espacio para confesarlo y reírnos juntos.
Todos tenemos esa anécdota que merece ser contada.
Acá va la mía:
Trabajo en el ámbito de la salud, y algunos días hago guardias nocturnas.
Una noche de miércoles, que venía bastante tranquila, me tocaba cubrir desde las 00:00 hasta las 8:00.
Lamentablemente (y cosa que nunca me había pasado antes), me quedé dormida.
A las 3 de la mañana me desperté sobresaltada y vi varios mensajes de mi compañera de relevo avisándome que ya se estaba yendo, y que quedaba a cargo “Gabi”, una compañera, sí… pero de otro servicio.
Entré en pánico. Empecé a vestirme rápido y, medio dormida, atiné a llamar a “Gabi” para avisarle que ya estaba saliendo.
Llamé unas seis veces. Nadie me atendía. Puse el altavoz mientras me calzaba y seguí insistiendo.
DE-SES-PE-RA-DA.
Hasta que, finalmente, alguien atendió con una voz masculina diciendo:
—Hola… ¿holaaaa?
Y ahí me di cuenta del error: estaba llamando a mi proveedor, no a mi compañera.
Tienen el mismo nombre. Literal. Prefiero obviarlo, pero digamos “Gabi”.
Así es, en la confusión de la madrugada elegí mal el contacto.
Corté el llamado, muerta de vergüenza.
Finalmente logré comunicarme con la Gabi real, quien me dijo que no había problema, que me estaba cubriendo.
Cuando ya todo había pasado, y eran como las 10 de la mañana, mientras tomaba mates en casa, le mandé un mensaje al Gabi proveedor para disculparme por el llamado inesperado y explicarle que me había confundido de contacto.
Pero... el mensaje nunca llegó. Me bloqueó.
Supongo que habrá pensado:
“¿Qué clase de manija me llama un miércoles a las 3 AM, seis veces seguidas?”
Un año después lo crucé en una fiesta.
Yo ya estaba mentalizada para hacerme la que no lo conocía, cuando de repente él me saluda con una sonrisa y dice:
—Che… ¿vos sos la que me llamó como siete veces a las 3 de la mañana y me colgó sin decir nada?
Me empecé a reír, le expliqué todo, y por suerte lo entendió.
Me había comentado que él no se relacionaba con gente “pesada”.
Y claro, imaginate lo que debe haber sentido cuando lo llama una mina a las 3 de la mañana desquiciada.
En fin... retomamos el contacto y todo bien.
Fue una gran noche !!!
Eso sí, ahora lo tengo agendado como:
“Gabi NO LLAMAR”.
¿Alguna vez les pasó algo insólito o gracioso con su dealer? ¿Confusiones, papelones, audios fuera de lugar?
Este es el espacio para confesarlo y reírnos juntos.
Viaje...Aunque pudiera estar en mil sitios a la vez
tengo claro que seguiría
agarrandome de la misma mano
cada vez que sintiera que estoy perdido


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