Transformaciones cerebrales: un año luego de haber probado drogas

[cheeseburguer]

Excelente post. Haciendo un breve historial clínico de mi relación con las sustancias, me habré iniciado con el alcohol a eso de los 15 años, con bebidas blancas consumidas en exceso que hoy no estan ni por asomo dentro de mis preferencias alcohólicas. Épocas de borracheras fuertes, tomando para lograr la desinhibición en fiestas de egresados, jodas y salidas varias. Primeros consumos de paraguayo, hasta que mis amigos decidieron hacer un upgrade y empezar a pegar flores cuando ya tenia 20 años aprox. Nunca fui de plantar o comprar faso para mí, sino más bien fumador ocasional cuando me convidan, con un pegue que generalmente me manda a dormir como un bebé o me da antojo de un bajón glorioso. No se si es que nunca le caze la onda pero, por este motivo de que no siento mucho los efectos, nunca le vi gracia a comprarme unas flores para mí más allá de una rara vez.
Hice pepa un par de veces y siento que en el mambo social me apagaba bastante y por momentos me ponía incomodo, a niveles de no poder sostener mucho la mirada. Creo que mi ultimo consumo habrá sido hace 2/3 años aprox.
Actualmente alcohol sigo tomando pero mucho más en un modo disfrute, de tomar un rico vino con alguna comida, cervezas con amigos y algún que otro fernet en un asado. Si salgo a alguna fecha de electrónica sin éxtasis sí es algo a lo que recurro tomar, con vasos de agua por medio porque no me gusta andar pasado de alcohol y ya no me banco la resaca.
Referido al tema principal del mdma, rescato mucho el tema de haberme topado con esta droga a los 24 años y no de más pendejo. Creo que de haber tenido la etapa de luna de miel con esta sustancia de más joven hubiera tenido ciertos problemas para alcanzar ciertos objetivos académicos personales que hoy por hoy ya estan resueltos, además de quizás conflictos con familia por ver en que ando cosa que ya de más grande no importa tanto.
Como consumidor habitué de esta sustancia desde el año pasado, diría que también ya pase esa etapa de obsesión con todo lo que trae aparejado, nuevas sensaciones, sentimientos, conexión, espiritualidad, y perspectiva sobre la vida. Tuve momentos de revelaciones que creo que eso es algo muy significativo que puede aportar la sustancia, en cuanto a conocer cosas inexploradas de uno mismo y de los amigos. También he conocido nueva gente que por estar en el mundo de la noche electrónica cada tanto nos cruzábamos y compartíamos eventos, empezamos a vernos también en la diaria y son amistades que si bien no estan consolidadas las aprecio un montón.
Me ha mostrado también otra perspectiva sobre el erotismo, sobre determinadas cuestiones e intercambios con el otro, no necesariamente dentro de una pista de baile, en cuanto a cosas que te pueden calentar por ejemplo sin necesidad de ser explicitas.
También me ha permitido ver el lado oscuro de la noche, donde la gente se droga a mansalva por estirar esos momentos de placer que uno tiene que entender que no son eternos. Como todo en la vida creo yo. La manija del mdma me ha llevado a estar en un par de afters donde tienta el diablo y entendí rápidamente que muchas veces es mejor irse con lo ganado a dormir a casa.
Llegando hacia el final, algo que ya mencione en el post de primer consumo de éxtasis, la conexión con la música creo que es lo más destacado que me ha obsequiado el mdma. No lo considero un don, pero sí un entendimiento y disfrute sobre la misma que la sustancia potenció y hace que curiosee sobre la misma todos los días, explorando nuevos artistas y sonidos.
Por último, me sucede que si bien no tengo la necesidad de consumir cada vez que salgo, sí me pasa que si estoy un par de semanas sin salir me agarra como una especie de pulsión de ir a bailar algún lado, como que le agarré el gustito a la noche y no quedarme tanto en mi casa por momentos. A lo mejor es algo de mi persona actualmente, que se yo.