Solo para dar un poco de contexto de lo que me viene pasando, comento que desde hace varios años vengo un trabajo interior muy profundo a través de terapia, oración (conexión espiritual), medicinas ancestrales (ayahuasca y psilo) y de casualidad, por así decirlo, MDMA. El tema del MDMA lo empecé viviendo como una sustancia recreativa. Pero en mí, muchas veces se transformó en una sustancia liberadora. Me permitió superar creencias limitantes (y opresivas) muy arraigadas en mi ser.
Poner en palabras lo que me pasa en este contexto de Barcito me ayuda mucho a procesar y evolucionar. Al final, les dejo link de otras 2 historias de "amores químicos".
-- Inicio --
Los hongos me lo habían enseñado: el foco tiene que estar en mi estado vibracional interior, para que en lo exterior se manifieste lo bueno.
Y así fue.
No importa cuándo, dónde ni con quién. Solo importa que pasó y eso lo llevo en mi cuerpo, mi mente, mi corazón y mi alma.
Esta vez que salí solo y con MDMA, me centré en disfrutar la música y la experiencia. Darme mi espacio y conectar con lo bueno que iba sintiendo. Esta vez no se me activó ese mecanismo de carencia que a veces tengo de andar buscando grupo que me adopte. Decidí ir solo y decidí estar bien conmigo mismo. No depender del afuera para estar bien dentro.
Y pasó lo que los hongos me enseñaron: me conecté 110% conmigo mismo y con la felicidad que, aunque química, yo la sentía verdadera y genuina felicidad. Absoluta expansión y amor. Bailaba solo, conectado conectado conmigo mismo en una profundidad que no reconocía. Se me acercaron flacos y flacas a bailar conmigo; yo, habilitaba el espacio. Era como que se me acercaban y me invitaban a bailar con ellos/ellas. Raro... antes iba todo carente mendigando afecto y gente que me adopte para pasarla bien. Pero en este caso yo estaba muy bien conmigo mismo y se ve que esa vibra se irradiaba a mi alrededor.
Estaba bailando casi todo el tiempo con los ojos cerrados porque estaba en una como los dioses aunque los flashes estaban al palo y los lasers me jodían la vista (no había llevado lentes). En un momento los abro y me encuentro con ella que estaba bailando frente a mí, sin tocarme, mirándome fijo a los ojos.
Conecté con esa mirada de una forma tan profunda que me emocioné.
Había algo más ahí que pura química. Era como si, por un instante, desaparecieran todas mis máscaras, mis miedos y mis historias. Frente a mí estaba ella. Pero no solo ella como mujer, como cuerpo, como alguien hermosa en medio de la noche. Estaba su mirada y su cara. Ese cara que, como dice el filósofo Emmanuel Lévinas, no es solo un "rostro" que se ve, sino una presencia que te interpela, que te llama, que te dice sin palabras: “acá estoy, soy otro, distinto a vos, y existo”. La presencia de ella me hizo estar presente viviendo una experiencia inefable.
Y fue transformador. Porque no era una mirada para poseer ni para conquistar. Era una mirada que me recordaba, en medio de la euforia y la música, que hay un otro que me trasciende. Que no se reduce a lo que yo quiero, ni a lo que yo proyecto. Me encontré de frente con su alteridad (de nuevo, en palabras de Lévinas), con su misterio, con todo lo que de ella nunca voy a conocer ni entender del todo.
Y fue tan raro... porque estaba re drogado, con el corazón latiendo a mil de amor, pero al mismo tiempo 100% lúcido. Sentí que esa mirada me rescataba un poco de mí mismo. Que me sacaba del centro y me obligaba a reconocer que no todo es sobre mí, mi viaje, mi búsqueda ni los demás que yo buscaba. Que había ahí enfrente alguien tan real como yo, tan vivo, con su propia historia, sus propios fantasmas y sus propias luces.
En ese instante, entendí que la verdadera magia no era solo la expansión interna que me daban las drogas y que yo buscaba, sino lo que pasaba cuando esa expansión me abría a encontrarme de verdad con un otro. En este caso, ella. Y que quizás de eso se trata todo: de poder, aunque sea por un momento, ver el rostro del otro y dejarse transformar.
-- FIN --
PD: Otras historias de amores químicos:
- De amores químicos 1: Ese instante mágico de estar en éxtasis
- De amores químicos 2: Otra historia de amores químicos
Poner en palabras lo que me pasa en este contexto de Barcito me ayuda mucho a procesar y evolucionar. Al final, les dejo link de otras 2 historias de "amores químicos".
-- Inicio --
Los hongos me lo habían enseñado: el foco tiene que estar en mi estado vibracional interior, para que en lo exterior se manifieste lo bueno.
Y así fue.
No importa cuándo, dónde ni con quién. Solo importa que pasó y eso lo llevo en mi cuerpo, mi mente, mi corazón y mi alma.
Esta vez que salí solo y con MDMA, me centré en disfrutar la música y la experiencia. Darme mi espacio y conectar con lo bueno que iba sintiendo. Esta vez no se me activó ese mecanismo de carencia que a veces tengo de andar buscando grupo que me adopte. Decidí ir solo y decidí estar bien conmigo mismo. No depender del afuera para estar bien dentro.
Y pasó lo que los hongos me enseñaron: me conecté 110% conmigo mismo y con la felicidad que, aunque química, yo la sentía verdadera y genuina felicidad. Absoluta expansión y amor. Bailaba solo, conectado conectado conmigo mismo en una profundidad que no reconocía. Se me acercaron flacos y flacas a bailar conmigo; yo, habilitaba el espacio. Era como que se me acercaban y me invitaban a bailar con ellos/ellas. Raro... antes iba todo carente mendigando afecto y gente que me adopte para pasarla bien. Pero en este caso yo estaba muy bien conmigo mismo y se ve que esa vibra se irradiaba a mi alrededor.
Estaba bailando casi todo el tiempo con los ojos cerrados porque estaba en una como los dioses aunque los flashes estaban al palo y los lasers me jodían la vista (no había llevado lentes). En un momento los abro y me encuentro con ella que estaba bailando frente a mí, sin tocarme, mirándome fijo a los ojos.
Conecté con esa mirada de una forma tan profunda que me emocioné.
Había algo más ahí que pura química. Era como si, por un instante, desaparecieran todas mis máscaras, mis miedos y mis historias. Frente a mí estaba ella. Pero no solo ella como mujer, como cuerpo, como alguien hermosa en medio de la noche. Estaba su mirada y su cara. Ese cara que, como dice el filósofo Emmanuel Lévinas, no es solo un "rostro" que se ve, sino una presencia que te interpela, que te llama, que te dice sin palabras: “acá estoy, soy otro, distinto a vos, y existo”. La presencia de ella me hizo estar presente viviendo una experiencia inefable.
Y fue transformador. Porque no era una mirada para poseer ni para conquistar. Era una mirada que me recordaba, en medio de la euforia y la música, que hay un otro que me trasciende. Que no se reduce a lo que yo quiero, ni a lo que yo proyecto. Me encontré de frente con su alteridad (de nuevo, en palabras de Lévinas), con su misterio, con todo lo que de ella nunca voy a conocer ni entender del todo.
Y fue tan raro... porque estaba re drogado, con el corazón latiendo a mil de amor, pero al mismo tiempo 100% lúcido. Sentí que esa mirada me rescataba un poco de mí mismo. Que me sacaba del centro y me obligaba a reconocer que no todo es sobre mí, mi viaje, mi búsqueda ni los demás que yo buscaba. Que había ahí enfrente alguien tan real como yo, tan vivo, con su propia historia, sus propios fantasmas y sus propias luces.
En ese instante, entendí que la verdadera magia no era solo la expansión interna que me daban las drogas y que yo buscaba, sino lo que pasaba cuando esa expansión me abría a encontrarme de verdad con un otro. En este caso, ella. Y que quizás de eso se trata todo: de poder, aunque sea por un momento, ver el rostro del otro y dejarse transformar.
-- FIN --
PD: Otras historias de amores químicos:
- De amores químicos 1: Ese instante mágico de estar en éxtasis
- De amores químicos 2: Otra historia de amores químicos
Otros temas:
- De amores químicos 1: Ese instante mágico de estar en éxtasis
- De amores químicos 2: Otra historia de amores químicos
- De amores químicos 3: El secreto de sus ojos
- ¿Cuánto bailan en una noche? (cantidad de pasos por hora)
- Experiencia surrealista/metafísica con hongos en evento de música electrónica
- Solo relatos de cosas que hicimos y no deberíamos haber hecho
- ¿Cuáles son los "pasos prohibidos"? (pregunta en serio)
- Malos viajes (psicodélicos): Consejos prácticos para viajes difíciles
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