09-03-2022, 01:59 AM
Primer contacto con alcohol y mi primer pedo fue a los CATORCE AÑOS, me junté con un grupo de chicos +16, tomé dos vasos de absolut y termine dando asco. Me tuvo que buscar mi vieja porque quedé dormido en una cama. Después de esa experiencia no tomé por un buen tiempo.
Segundo exceso a los 16 años en una fiesta de promos que se hacía en un boliche a unos kilómetros de mi ciudad, íbamos en colectivo, por lo que arrancamos la previa desde el lugar donde partía el mismo, era temprano la cuestión así que solo tuve tiempo de comer un pebete(grave error). En la previa consumí jager y vodka en altas cantidades. De camino al boliche vomité la parte de atrás del colectivo, me metí ahí para que el chofer no pueda verme, una vez adentro del boliche por algún motivo no paraban de darnos botellas de champagne gratis, de las cuales obviamente consumí. Terminé en la escalera del vip con un patova sobándome la espalda y dándome agua(?). Fue el único patova buena gente que conocí en mi vida. Al otro día tuve la peor resaca de mi vida, lloraba por lo mal que me sentía.
Tercer exceso a los 17 años en mi casi sexto, un ritual adolescente bastante pelotudo que se celebra el último día de 5to año. Entre todos los del curso pusimos unos mangos para comprar bebidas y flores. Giraron cervezas, jager, vodka, ron y porritos. Recuerdos borrados de 2 a 7am que era la hora en la que arrancábamos al colegio. Al llegar al colegio nos separaron a unos cuantos para llevarnos a preceptoria. Llamaron a nuestros padres para decirles que tenían que retirarnos por el estado que cargábamos.
En fin, situaciones de este tipo tuve varias, pero creería que esas son las más destacadas. El alcohol fue la droga más nociva que he probado. En la etapa 16-17 años junto a un grupo de amigos, llegamos a consumir 3/4 de botella por cabeza. Hubo puntos en los que llegué a preocuparme muchísimo por mí consumo, pero no sabía cómo pedir ayuda. Me sirvió como una escapatoria al dolor que sentía siendo un adolescente que no tenía idea de la vida. El dinero no faltaba porque o me daban mis viejos o me hacía unos mangos vendiendo componentes de Pc por internet, pero casi todo dinero que tenía me lo escabiaba el fin de semana. Fue una etapa complicada pero siento que aprendí por las malas, hoy en día tengo en el depto diversas botellas de alcohol y mi consumo no va más allá de dos copas de gin con mi pareja un viernes por la noche o algún vasito de jager cuando salgo.
Creo importantísimo el trabajo de paf en las escuelas, me hubiera gustado que a mis 16 viniera alguien a otorgarme información sobre reducción de daños, es por ahí el tema
Segundo exceso a los 16 años en una fiesta de promos que se hacía en un boliche a unos kilómetros de mi ciudad, íbamos en colectivo, por lo que arrancamos la previa desde el lugar donde partía el mismo, era temprano la cuestión así que solo tuve tiempo de comer un pebete(grave error). En la previa consumí jager y vodka en altas cantidades. De camino al boliche vomité la parte de atrás del colectivo, me metí ahí para que el chofer no pueda verme, una vez adentro del boliche por algún motivo no paraban de darnos botellas de champagne gratis, de las cuales obviamente consumí. Terminé en la escalera del vip con un patova sobándome la espalda y dándome agua(?). Fue el único patova buena gente que conocí en mi vida. Al otro día tuve la peor resaca de mi vida, lloraba por lo mal que me sentía.
Tercer exceso a los 17 años en mi casi sexto, un ritual adolescente bastante pelotudo que se celebra el último día de 5to año. Entre todos los del curso pusimos unos mangos para comprar bebidas y flores. Giraron cervezas, jager, vodka, ron y porritos. Recuerdos borrados de 2 a 7am que era la hora en la que arrancábamos al colegio. Al llegar al colegio nos separaron a unos cuantos para llevarnos a preceptoria. Llamaron a nuestros padres para decirles que tenían que retirarnos por el estado que cargábamos.
En fin, situaciones de este tipo tuve varias, pero creería que esas son las más destacadas. El alcohol fue la droga más nociva que he probado. En la etapa 16-17 años junto a un grupo de amigos, llegamos a consumir 3/4 de botella por cabeza. Hubo puntos en los que llegué a preocuparme muchísimo por mí consumo, pero no sabía cómo pedir ayuda. Me sirvió como una escapatoria al dolor que sentía siendo un adolescente que no tenía idea de la vida. El dinero no faltaba porque o me daban mis viejos o me hacía unos mangos vendiendo componentes de Pc por internet, pero casi todo dinero que tenía me lo escabiaba el fin de semana. Fue una etapa complicada pero siento que aprendí por las malas, hoy en día tengo en el depto diversas botellas de alcohol y mi consumo no va más allá de dos copas de gin con mi pareja un viernes por la noche o algún vasito de jager cuando salgo.
Creo importantísimo el trabajo de paf en las escuelas, me hubiera gustado que a mis 16 viniera alguien a otorgarme información sobre reducción de daños, es por ahí el tema
simplemente cuidarse.