En cuanto Shirion me contó de este post supe que tenía que participar. Hacía un tiempo ya venía con ganas de volcar un poco mis vivencias al respecto. Gran idea colega!
En lo personal me pasó que mi percepción sobre mi mismo y sobre la vida cambiaron mucho desde que comencé a consumir, aunque sería inapropiado, probablemente, adjudicar todo ese proceso al consumo. Sin embargo estoy convencido de que jugó un rol determinante.
Lo cierto es que siempre fui muy perfeccionista, pero para mal. Cada vez que cometía un error, por más mínimo que fuera y en cualquier esfera de la vida, me daba con un caño zarpado. No podía tolerarlo, y eso me generaba mucho dolor, hasta diría que me despreciaba un poco y no me sentía merecedor de muchas cosas buenas que me pasaban.
Cuando empecé a consumir al toque me llamó la atención el cariño que mis amigos me tenían; pero iba más allá de la empatía, me estaba dando cuenta que así se sentían siempre conmigo, solo que quizá en la cotidanidad son cosas que no se acostumbran expresar (por ser redudantes, probablemente: después de todo si te eligen para estar a su lado por algo debe ser). Y me percaté que al único que le molestaban sobremanera mis errores era a mi mismo, qué sentido tenía?
Así fue que a de poco me pude convencer que para las personas que están en mi vida, obviamente que sumaba más de lo que restaba. Era estúpido dedicarle tanta energía mental a la persecuta. Pude dejar atrás esos sentimientos tan negativos hacia mismo, y desde entonces comencé el mejor momento de mi vida, por lejos. Porque cuando uno se siente bien, sin trabas, eso escala, se dispara para todos lados, alcanza recónditos ámbitos que uno no esperaría y que van construyéndolo a uno de formas impensadas.
No es una cuestión de ego, de decir "soy grosso" ni nada por el estilo, porque nadie es especial en ese sentido, todos tenemos el potencial de ser libres, de ser quienes somos con nuestros defectos y virtudes, con nuestras búsquedas y nuestras contradicciones. Y ser libre es la forma más sencilla de ser pleno.
Estoy convencido de que el MDMA es medicina para el alma (obvio, consumiendo responsablemente), es realmente algo mágico.
En lo personal me pasó que mi percepción sobre mi mismo y sobre la vida cambiaron mucho desde que comencé a consumir, aunque sería inapropiado, probablemente, adjudicar todo ese proceso al consumo. Sin embargo estoy convencido de que jugó un rol determinante.
Lo cierto es que siempre fui muy perfeccionista, pero para mal. Cada vez que cometía un error, por más mínimo que fuera y en cualquier esfera de la vida, me daba con un caño zarpado. No podía tolerarlo, y eso me generaba mucho dolor, hasta diría que me despreciaba un poco y no me sentía merecedor de muchas cosas buenas que me pasaban.
Cuando empecé a consumir al toque me llamó la atención el cariño que mis amigos me tenían; pero iba más allá de la empatía, me estaba dando cuenta que así se sentían siempre conmigo, solo que quizá en la cotidanidad son cosas que no se acostumbran expresar (por ser redudantes, probablemente: después de todo si te eligen para estar a su lado por algo debe ser). Y me percaté que al único que le molestaban sobremanera mis errores era a mi mismo, qué sentido tenía?
Así fue que a de poco me pude convencer que para las personas que están en mi vida, obviamente que sumaba más de lo que restaba. Era estúpido dedicarle tanta energía mental a la persecuta. Pude dejar atrás esos sentimientos tan negativos hacia mismo, y desde entonces comencé el mejor momento de mi vida, por lejos. Porque cuando uno se siente bien, sin trabas, eso escala, se dispara para todos lados, alcanza recónditos ámbitos que uno no esperaría y que van construyéndolo a uno de formas impensadas.
No es una cuestión de ego, de decir "soy grosso" ni nada por el estilo, porque nadie es especial en ese sentido, todos tenemos el potencial de ser libres, de ser quienes somos con nuestros defectos y virtudes, con nuestras búsquedas y nuestras contradicciones. Y ser libre es la forma más sencilla de ser pleno.
Estoy convencido de que el MDMA es medicina para el alma (obvio, consumiendo responsablemente), es realmente algo mágico.