16-10-2021, 01:28 PM
(Última modificación: 16-10-2021, 01:28 PM por soulnmagic.)
Me considero una persona bastante espiritual y hay muchas cosas que llevo conmigo en el día a día. Lo que hacen ciertos consumos es potenciar o ilustrar muchas cosas en las que creo: Karma, vidas pasadas, reencuentros. Mis relaciones valen oro y en esos momentos veo con claridad por qué estamos donde estamos y a dónde iremos.
Hay una canción de Dead Can Dance que amo con todo mi corazón, ya sobria me transporta a otros lugares. Y cuando la escuché de hongos, apareció un túnel al que tenía que entrar para meterme en ese mundo, que fue una vida pasada mía.
De paso, en relación a la música, creo que por esas cosas estoy totalmente enamorada de Astrix. Siempre les digo a mis amigos: Hay gente que camina hasta Luján, y yo tengo las fechas de Avi. Es una ceremonia, no sé cómo explicarlo. Es el único dj que logra transportarme a otros mundos y, de alguna forma, medito mientras bailo. Por eso sus fechas son las únicas en las que no interactuo con absolutamente nadie, y de hecho pido explícitamente que no me hablen.
Llegué a tener conversaciones muy filosóficas sobre Dios, qué es dios, si todos somos Dios o cómo construimos esa idea. También llegué a sentir que mi casa era una galaxia apartada del resto del universo (y fue hermoso salir a la terraza después de pensar eso).
Fuera de eso, en uno de mis primeros viajes de LSD, sentí esa conexión con el mundo, como dice @Pablisspower. Me quedó grabadísimo: Generaba energías mientras bailaba, eran cadenitas de colores que salían de mis dedos e iban directo al techo, enredándose con las cadenitas que generaban los demás. Yo sentía que tenía que bailar para contribuir a ese equilibrio, y de a ratos paraba para contemplarlo. Y era re feliz porque me sentía parte de algo gigante.
También viajo mucho con la naturaleza. De pepa llegué a reírme con un río y si veía a alguien tirando piedras me ponía re mal. Ni hablar las cosas que flasheo con mi mascota cuando la miro a los ojos. Y lo más loco es que no suele tener buen carácter, pero en esos momentos me deja acercarme. Yo sé que me pongo re gomosa y el chabón se me entrega igual.
Bueno, y varias anécdotas más. No son muchas porque consumo poco (cuatro veces al año me da a mucho), pero les saco el jugo.
Hay una canción de Dead Can Dance que amo con todo mi corazón, ya sobria me transporta a otros lugares. Y cuando la escuché de hongos, apareció un túnel al que tenía que entrar para meterme en ese mundo, que fue una vida pasada mía.
De paso, en relación a la música, creo que por esas cosas estoy totalmente enamorada de Astrix. Siempre les digo a mis amigos: Hay gente que camina hasta Luján, y yo tengo las fechas de Avi. Es una ceremonia, no sé cómo explicarlo. Es el único dj que logra transportarme a otros mundos y, de alguna forma, medito mientras bailo. Por eso sus fechas son las únicas en las que no interactuo con absolutamente nadie, y de hecho pido explícitamente que no me hablen.
Llegué a tener conversaciones muy filosóficas sobre Dios, qué es dios, si todos somos Dios o cómo construimos esa idea. También llegué a sentir que mi casa era una galaxia apartada del resto del universo (y fue hermoso salir a la terraza después de pensar eso).
Fuera de eso, en uno de mis primeros viajes de LSD, sentí esa conexión con el mundo, como dice @Pablisspower. Me quedó grabadísimo: Generaba energías mientras bailaba, eran cadenitas de colores que salían de mis dedos e iban directo al techo, enredándose con las cadenitas que generaban los demás. Yo sentía que tenía que bailar para contribuir a ese equilibrio, y de a ratos paraba para contemplarlo. Y era re feliz porque me sentía parte de algo gigante.
También viajo mucho con la naturaleza. De pepa llegué a reírme con un río y si veía a alguien tirando piedras me ponía re mal. Ni hablar las cosas que flasheo con mi mascota cuando la miro a los ojos. Y lo más loco es que no suele tener buen carácter, pero en esos momentos me deja acercarme. Yo sé que me pongo re gomosa y el chabón se me entrega igual.
Bueno, y varias anécdotas más. No son muchas porque consumo poco (cuatro veces al año me da a mucho), pero les saco el jugo.